Hola.
Estoy feliz de verte aquí.

Soy Raquel y así empezó mi viaje.

Uno de los motivos por los que voy a empatizar tanto contigo, es porque he pasado por lo mismo que tú.

Hace años mi autoestima era tan baja que me creía incapaz de hacer hasta algunas tareas sencillas del día a día. Pensaba que nunca sería nadie en la vida porque creía que no era buena en nada.

Estaba muy perdida, no tenía apenas aficiones ni me veía trabajando en algo que no fuera de cajera en un centro comercial porque me creía insuficiente.

A consecuencia, tuve depresión durante muchos años donde, además de no ver la salida, me sentía incomprendida.

No podía ver nada positivo en mí ni en mi vida. Además de haber tenido emociones como tristeza, miedo y rabia, tuve que lidiar con todos los síntomas que esto conllevaba: el insomnio, los dolores físicos y la falta de concentración me hacían sentir peor.

Tuve que pedir ayuda profesional, y muy poco a poco, fui confiando cada vez más en mí y siendo más feliz de lo que nunca podría haber imaginado. Porque a pesar de todo, nunca tiré la toalla, y eso hizo que haya aprendido a gestionar mis emociones, a autoconocerme y a quererme cada día más.

Ahora puedo ver mis virtudes, talentos e incluso dones. También puedo ver mis defectos con amor, porque forman parte de mí y me trato como a una amiga, con compasión y cariño. Yo pude mejorar tanto que ahora estoy aquí, ayudándote a ti a mejorar.

Eso permite que pueda entenderte, apoyarte y guiarte en todo el proceso.